Recomendaciones para la adaptación de las niñas y niños al jardín infantil


Se terminan las vacaciones y pronto las niñas, niños y sus familias deberán volver a su rutina diaria, de marzo a diciembre. Para muchos de ellos este período de adaptación implica desafíos socioemocionales que pueden ser complejos, dependiendo de las características propias de cada párvulo, así como también de las experiencias previas que tengan respecto a su ingreso a la sala cuna o jardín infantil.

Si es la primera vez, es probable que su período de adaptación se prolongue por más tiempo, pudiendo requerir constantemente la presencia de un adulto significativo; y que sus emociones, sobre todo la pena y la angustia, se manifiesten con mayor frecuencia e intensidad durante los primeros días o inclusive semanas. Por lo tanto, la atención del adulto y la respuesta oportuna y cariñosa, van a facilitar que pueda adaptarse con mayor facilidad.

Si son del nivel sala cuna, la demanda del adulto significativo será mucho mayor, incluso es probable que manifiesten rechazo a la alimentación y que sus períodos de vigilia sufran cambios, que son importantes de dialogar con las familias. Lo importante es mantener siempre una comunicación fluida entre el equipo pedagógico y la familia, para atender a las necesidades de manera conjunta.

Si es una segunda vez que asiste al centro educativo, si los niños y niñas tuvieron una buena experiencia el año anterior, es probable que su proceso de adaptación sea más rápido, dado que ya conocen los espacios, materiales y la rutina diaria, lo que genera seguridad, pues lo relacionan con experiencias positivas. Sin embargo, si a pesar de ello aún presentan cierta resistencia, es importante comprender que son reacciones propias a los cambios.

Algunas recomendaciones para las familias:

  • Cambio de hábitos. Iniciar dos semanas antes del ingreso al centro educativo, un cambio en las rutinas, especialmente en lo relativo a las horas de sueño. Niños y niñas deben comenzar a acostarse más temprano para así levantarse más temprano y, con ello, comenzar a familiarizarse con el horario estipulado para el ingreso a clases.
  • Visita al centro educativo. Es importante que previo al ingreso a la sala cuna, jardín infantil o escuela, las niñas y niños conozcan el espacio, el trayecto y los adultos que los acompañaran durante el año. Se sugiere realizar una visita previa al centro educativo para que los párvulos comiencen a vincularse con este nuevo lugar y con todo lo que implica este nuevo desafío.
  • Ir de compras u ordenar sus pertenencias para el primer día. Esta idea genera interés y autonomía en niñas y niños y les permite vincularse desde sus intereses con la rutina del jardín infantil y la escuela.
  • Incorporar calendarios a su rutina. Para niñas y niños el ingreso al centro educativo genera ansiedad y angustia. Por ello, anticiparles lo que vendrá les generará tranquilidad y confianza. Conocer los horarios y días, les permitirá organizarse y monitorear cada uno de los acontecimientos.
  • Comprensión y escucha activa. El período de adaptación, en muchas ocasiones es complejo para las niñas y niños, por lo que necesitan de la contención del adulto y de una escucha activa y cariñosa. Es importante favorecer la comunicación a partir de preguntas simples, dejarlos expresarse, sin tensionarlos, preguntándoles qué han hecho durante el día, cómo se llaman sus compañeros, qué materiales les gustan, a qué juegan y con quién, entre otros.

Algunas recomendaciones para los equipos pedagógicos:

  • Los períodos de adaptación les permitirán conocer a las niñas, niños y sus familias. Esta instancia se convierte en una oportunidad para observar, registrar y documentar el proceso de adaptación y, con ello, levantar ideas o propuestas para el diagnóstico del nivel, siendo la familia un actor clave que facilitará el proceso que les permitirá conocer con mayor profundidad a las niñas y niños de su grupo.
  • Lo importante es resguardar que la experiencia de todos los niños y niñas sean positivas, en un contexto de respeto y afecto, ya que estas transiciones son procesos determinantes para ellas y ellos respecto a su disposición al aprendizaje.